Friday, March 17, 2017

Nuestro corazón está hecho a la talla de Cristo y no descansará hasta que no se parezca a él y se identifique
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Muchas veces es difícil asimilar la grandeza de nuestra vida. En momentos difíciles talvez nos sentimos aún menos, mas pequeños, menos importantes para alguien. Al llegar a la cuenta que Jesús esta siempre siguiendo nuestros pasos, cuidando nuestros pasos, esperando una respuesta a su llamado, a su "SIGUEME". Si a ti y a mí nos llama por nuestros nombres. Hace nuestras vidas visibles a los demás, a los que quiere llegar, a los que como nosotros un día no sabíamos que rumbo tomar. 

El sí, ese sí, de poderle seguir es el regalo que abres y nunca te cansas de admirar. Poder estar tan cerca de Él, reconociéndole en todas las bendiciones que Dios nos da. Saber que para alguien como El somos importantes y necesarios. Hoy nos vuelve a recordar que nos ama y que necesita de nuestras manos, nuestros pies, nuestras ganas de vivir para llegar a muchos. ¿Cuál es tu respuesta? Nuestra vida fue creada para realizar grandes cosas. No te conformes con solo vivir para ti. Conoce a Jesús de cerca, amale y déjate amar por El.  Te invito a meditar en la reflexión de hoy. 


Feliz Día!Cris Edith



Te invito a un momento de oracion con Nubia Celis Misionera de Verbum Dei:
Y este canto por el Ministerio Karoi: Me has seducido Señor


"SÍGUEME"
(Jn 1, 43-51) Por Nubia Celis

Para Natanael el encuentro con Jesús fue el inicio de una vida nueva; qué experiencia más hermosa saber que Jesús en persona se le acercaba y le hacía ver que desde hacía mucho tiempo lo buscaba y había fijado sus ojos en él. Y es que la fe es una experiencia personal e intransferible: nadie se enamora con corazón ajeno ni nadie se abandona en manos de un desconocido. Natanael había oído hablar de Jesús, tenía una que otra referencia suya y había visto el entusiasmo de Felipe: "Ese del que escribió Moisés en la ley, y también los profetas, lo hemos encontrado. Jesús el hijo de José, el de Nazaret", pero eso no era suficiente.

Los regalos de año nuevo no terminan... y en este día la invitación es a recibir el mayor don, el regalo más preciado: un encuentro cara a cara con Jesús y su llamada a vivir con él. Hoy es un día de miradas, de encuentros, de preguntas y respuestas, de vocación. Hoy se nos recuerda que nuestro nombre está escrito en el cielo y que nuestra vocación es solo una: la divina. Nuestra vocación (proyecto de año nuevo) tiene rostro y corazón: Jesús de Nazaret ¡El es nuestro Camino, nuestra Meta, nuestro Premio! (Fil 1,21; 3,7; Jn 14,6).

Nuestro corazón está hecho a la talla de Cristo y no descansará hasta que no se parezca a él y se identifique con sus sentimientos, porque el misterio de nuestra vida (sus preguntas y expectativas) sólo se esclarece en el misterio de Cristo; tu vida y tu muerte, tus traumas y glorias, tus miedos y corajes, tu soledad y tu plenitud ¡todo! Tiene en él su razón de ser y su sentido más profundo; puedes estar seguro/a de que al encontrarle a él te encuentras a ti mismo y de que al verle, te estás viendo a ti.

El seguimiento de Jesús no es una actividad más, ni algo accesorio como si a tu agenda le añadieras un compromiso más; se trata más bien de un encuentro personal y de una respuesta a su declaración de amor. Su mirada y sus palabras calan en tu corazón de manera que no puedes rechazar su propuesta, ni quedar indiferente; seguirle es conocerle y amarle: "Te seguiré donde quiera que vayas", "¿Me amas, apacienta?" (Jn 21).

Y tú, ¿no has pensado alguna vez
que el Maestro te llama y te dice, ven y sígueme?
Tu carrera, tus planes, tu historia ¡qué mas da!
Pon la mano en el arado y no mires atrás.
Y tú, ¿no has pensado alguna vez?
En dejar tu trabajo y tus redes para irte con él?
A la orilla del lago se encuentra la verdad,

El camino y la vida, no le hagas esperar.